Diferencia entre GNL y biometanización

Debido a la actual crisis energética, el término abreviado GNL Lo oímos y leemos en los medios de comunicación una y otra vez. GNL significa "gas natural licuado". No es otra cosa que gas natural extraído tradicionalmente de fuentes fósiles y licuado. El bioGNL, en cambio, es biogás líquido procesado o biometano puro (CH4) obtenido a partir de fuentes renovables. Ambos se componen de metano de distintas calidades.

¿De qué está hecho el GNL orgánico?

La materia prima del biogás son los residuos orgánicos, como los purines, el estiércol y los residuos domésticos y agrícolas. La fermentación, es decir, la conversión microbiana y enzimática de estas sustancias en gas, produce biogás, también conocido comúnmente como "gas verde".

¿Cómo se transforma el biogás en bioGNL?

Los "gases de fermentación" resultantes se combinan en pequeñas plantas de biometanización locales o en grandes plantas centralizadas. A una temperatura extremadamente baja, de aproximadamente -150 °C, se produce un líquido incoloro e inodoro: el bioGNL. A continuación, se purifica separando el CO2 que todavía contiene.

Ventajas del bioGNL

Utilizar bioGNL como fuente de energía ofrece varias ventajas. En primer lugar, se evitan las emisiones de NH4, N2O (óxido nitroso) y NH3. Estos se producen cuando se esparcen purines y estiércol en los campos. En su lugar, se recogen y fermentan. Una ventaja significativa reside en la calidad del bioGNL en comparación con el GNL convencional. 

La combustión del bioGNL produce mucho menos CO2. Los valores son de -80 % frente a -20 % del GNL convencional, y se emiten muchos menos óxidos de azufre y nitrógeno. Tampoco se emiten partículas. Si se utiliza bioGNL como combustible, presenta una resistencia al golpeteo (autoencendido indeseable) significativamente mejor que el GNL o el gasóleo convencional. 

Descarbonización del transporte pesado

La mayor densidad energética también se traduce en un menor consumo y una mayor autonomía. Esto es especialmente importante cuando hay que transportar grandes masas a largas distancias, como en el transporte pesado de mercancías por carretera y por agua. Según la Oficina Federal de Estadística, el transporte es responsable de 26,6 1TP3 toneladas de emisiones de CO2 en Alemania. El transporte pesado de mercancías representa la mayor parte: los grandes camiones articulados (camiones de 40 toneladas) causan en particular 45 % de emisiones de CO2. 

El cambio de rumbo en el transporte, que está en pleno apogeo en el sector de los turismos gracias a la electrificación, está aún muy lejos en el transporte pesado de mercancías y marítimo. La deseada descarbonización, es decir, la reducción de CO2, sólo puede lograrse de forma limitada con motores eléctricos. Actualmente, los costes y beneficios no son económicamente viables. El cambio sólo puede lograrse con gas natural licuado. Además, existe una considerable ventaja de manipulación porque el gas licuado (0,2 % del volumen original) puede transportarse de forma muy flexible.

El bioGNL al principio de su desarrollo

El bioGNL se encuentra aún en los inicios de su desarrollo. Si Alemania y, sobre todo, Europa quieren alcanzar sus objetivos climáticos -neutralidad climática para 2050, reducción del CO2 en 55 %- no podrán prescindir del Bio-GNL. El Bio-GNL es también una herramienta esencial para la necesaria independencia energética. Se ofrecerá a las generaciones futuras una mejor calidad del aire y se conducirá a una industria esencial como la logística, amenazada por la transición energética, hacia un futuro mejor y más sostenible.